Marcelo Ebrard acudió hoy a la sede del Instituto Nacional Electoral para pagar una multa de 10 mil pesos por decir qué piensa sobre la seguridad pública en México, el sistema universal de salud, el Pasaporte Violeta, las Casas Violeta y otros anhelos compartidos durante sus recorridos por el país.
En su encuentro con los medios, Marcelo calificó de insólita la amonestación económica y advirtió: “Voy a seguir compartiendo lo que pienso. Si me ponen otra multa, pues ni modo, ¿no? No es desacato. No es querer estar más allá de lo que dicen las normas”.
Precisó que se trata de un ejercicio de libertad de expresión para que la ciudadanía decida quién encabezará a Morena en 2024. “Y, pues, ni modo: ya estoy haciendo mi guardadito”, adelantó, “porque seguro va a haber otras en los próximos días porque yo voy a seguir diciendo lo que yo pienso”.
Marcelo dijo que el máximo órgano electoral del país ahora le pide que elimine tuits y calificó de imposible que los participantes en la próxima encuesta interna de Morena —entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre— no se pronuncien sobre los problemas que aquejan al país.
A “los que les urge que me vaya yo de Morena es porque saben que les vamos a ganar. Porque están perdiendo. Nosotros vamos ganando”, dijo el excanciller en un mensaje desde las instalaciones del INE y reveló que esta “medida de apremio” fue promovida por un diputado de Movimiento Ciudadano. “Entonces yo no me voy a ir a ningún lado”, y añadió que son de ese partido los que más denuncias presentan en el INE contra él.
En busca de certeza
El excanciller dijo que la senadora Malú Mícher —su representante en el sorteo de ayer de las cuatro empresas que harán la encuesta interna de Morena— le informó que no se suscribió el acta hasta que no quede a plena satisfacción de todos los participantes.
Marcelo explicó que se necesita revisar la elegibilidad de las encuestadoras para garantizar que las casas que resulten seleccionadas cumplan con todos los requisitos: “Tienen que estar ajenas a los errores —‘distorsiones’, dice el acuerdo, ‘distorsiones’— o que no sean correspondientes con el resultado que tuvo la elección”.
“Por esa razón la senadora Malú Mícher —e hizo bien— no estuvo dispuesta a firmar esa acta hasta en tanto eso no se resuelva”, dijo Marcelo.
En cuanto al llamado que emitió el miércoles para que se detengan el acarreo y las demás irregularidades detectadas a favor de Claudia Sheinbaum, Marcelo expresó: “Yo lo que quiero es que se proteja un valor muy importante, que es que la gente pueda elegir libremente —como se planteó, en una boleta, que es la encuesta— a quién quieren que les represente. Eso es todo lo que estoy pidiendo”.
Informó que ya están formalizadas las quejas contra la Secretaría del Bienestar y quienes resulten responsables por los presuntos apoyos y uso de recursos públicos a favor de su principal oponente: “A todas las compañeras y compañeros del Bienestar, decirles que Morena convirtió y elevó y promovió esas conductas a delito grave. Entonces tenemos que entender que no es un juego: es una cosa seria”.
Marcelo se lamentó de las reacciones negativas por pedir limpieza en el proceso: “Sorprende que Fernández Noroña ahora casi pida mi expulsión, como si fuera el PRI de los años ochenta. Lo que estoy diciendo es: ‘Respeten lo que el presidente dice. Respeten lo que la militancia de Morena quiere. Respeten que la gente pueda libremente elegir’, y no tengo la menor duda de que vamos a ser vencedores en esta lucha, en esta contienda”.