Las autoridades del régimen chino anunciaron la expulsión de nueve altos mandos militares del Partido Comunista de China (PCCh) y del Ejército Popular de Liberación (EPL) por “graves violaciones disciplinarias” y presuntos delitos de corrupción. El Ministerio de Defensa informó que las sanciones fueron aprobadas por el Comité Central del PCCh y la Comisión Militar Central (CMC), tras la apertura de investigaciones formales. Entre los implicados figura el general He Weidong, ex vicepresidente de la CMC y miembro del Politburó, cuya desaparición de la vida pública desde marzo había generado fuertes especulaciones.
Otro de los casos destacados es el del almirante Miao Hua, ex director del departamento de trabajo político de la CMC, quien ya había sido destituido en junio y no aparecía en público desde octubre de 2024. Junto a ellos también fueron sancionados He Hongjun, Wang Xiubin, Lin Xiangyang, Qin Shutang, Yuan Huazhi, Wang Houbin y Wang Chunning, todos ex altos mandos con cargos clave en distintas ramas de las fuerzas armadas chinas. Según el Ministerio de Defensa, los acusados están “sospechados de delitos graves” que involucran sumas extremadamente grandes de dinero y consecuencias “altamente perjudiciales”.
La corrupción dentro del Ejército chino ha sido una preocupación constante para el gobierno de Xi Jinping. En los últimos años, las investigaciones han alcanzado a dos ex ministros de Defensa y varios altos cargos de la Fuerza de Cohetes, una unidad estratégica responsable del arsenal nuclear del país. Estos casos reflejan el alcance del problema dentro de las estructuras militares y la creciente presión del liderazgo central por mantener el control absoluto sobre las fuerzas armadas.
El anuncio coincide con una nueva ofensiva del régimen para reforzar la disciplina y la lealtad política en el Ejército. En julio, la Comisión Militar Central emitió directrices para fortalecer la integridad y el compromiso ideológico de sus miembros, en un contexto en el que Pekín busca consolidar el poder del Partido Comunista y evitar cualquier señal de descontento o corrupción que pueda debilitar su autoridad.






















