Excelsior
CIUDAD DE MÉXICO (Excelsior).- El bajo nivel educativo, la falta de tiempo para el ocio y el descanso, la calidad de la vivienda y alto costo de ésta, así como la inseguridad, hacen que México ocupe casi el último lugar en materia de calidad de vida, entre los países miembro de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Nuestro país ocupa el lugar 39 de 40 en el Índice para una Vida Mejor, una medición que da cuenta del bienestar de la población más allá del Producto Interno Bruto (PIB), sólo por encima de Sudáfrica.
En indicadores subjetivos, como la satisfacción con la vida y la salud autorreportada, el país se ubica dentro del promedio de la OCDE. Sin embargo, es de los últimos lugares en indicadores más objetivos como tiempo destinado al ocio y cuidado personal, tasa de homicidios y proporción de personas a las que les da miedo caminar solas por la calle de noche.
En cambio, el país sale mejor evaluado en compromiso cívico (lugar 10) y en la satisfacción con la vida (20).
La OCDE recomienda a México, sobre todo, trabajar en la educación, el balance vida-trabajo y la seguridad. Sugiere poner énfasis en la profesionalización de los educadores y apoyar más a las familias con hijos.
FALLAS EN EL SISTEMA EDUCATIVO, EN EL BALANCE VIDA-TRABAJO Y EN LA SEGURIDAD PÚBLICA, LO QUE MÁS AFECTA LA CALIDAD DE VIDA DE LA GENTE
El país ya forma parte de una medición que da cuenta del bienestar de la población y que va más allá del Producto Interno Bruto y se ubica en el lugar 39 entre 40 países evaluados.
Así lo reflejan los más recientes datos del Índice para una Vida Mejor de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que mide el bienestar de la población de los países miembro.
Resalta que el país se ubica dentro del promedio de la OCDE en indicadores de bienestar subjetivo, como la satisfacción con la vida y la salud autorreportada, pero no sale bien librada en otros indicadores más objetivos.
Incluso, la OCDE permite que los países puedan escoger la ponderación de cada una de las dimensiones, y, si aún se le da el mayor peso posible a los indicadores de bienestar subjetivo, el país subiría sólo tres lugares, para ubicarse en el lugar 36 entre 40 países.
Así, las dimensiones que más lastran a México son el nivel educativo, en el cual el país ocupa el último lugar; el balance vida-trabajo, en el cual ocupa penúltimo lugar (39) entre los que sus trabajadores laboran más horas y por tanto, dedican menos tiempo al ocio; en la calidad de la vivienda y su costo también se ubica en la posición 39, y en la seguridad ocupa el lugar 38, destacando como uno de los países con mayores tasas de homicidios y proporción de personas que le da miedo caminar por la calle, solas, de noche.
También México aparece en el lugar 38 en la dimensión de comunidad, que se refiere al porcentaje de la población que reporta poder contar con el apoyo de algún familiar o amigo en caso de tener alguna necesidad.
Las dimensiones en las que el país sale mejor evaluado son el compromiso cívico, en el lugar 10, que mide la participación electoral de la población y su involucramiento en las decisiones públicas; la satisfacción con la vida en la posición 20, y más abajo aparecen el empleo y la salud (lugar 30), y el medio ambiente, en el lugar 33 en la OCDE.
ÁREAS DE TRABAJO
Si bien la OCDE hace una serie de recomendaciones para todos los países en cuanto a mejorar cada una de las dimensiones del Índice para una Vida Mejor, para el caso de México pone especial énfasis en la educación, el balance vida-trabajo y la seguridad.
En el caso educativo, aconseja al país profundizar las reformas que ha emprendido en los últimos años, y que se cuente con un programa de estudios orientado a las competencias, profesionalizar a los educadores y aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema de evaluación y valoración.
En la dimensión vida-trabajo, resalta que el país requiere más apoyo público para las familias con hijos, a través de prestaciones y servicios, que es clave para que el país pueda movilizar el empleo de las mujeres, reducir los riesgos de pobreza, promover el desarrollo de la infancia y mejorar la equidad de género.
En el tema de la seguridad, la OCDE pone el énfasis al país para que combata decididamente la violencia contra las mujeres, además de profundas reformas a los sistemas de policías, ministerios públicos y el poder judicial.