En México, ocho de cada diez estudiantes que cursaron tercero de secundaria no alcanzaron un aprendizaje plenamente desarrollado, y en materias como Saberes y pensamiento científico —que incluye matemáticas— y Ética, naturaleza y sociedades, nueve de cada diez presentaron deficiencias. Estos resultados provienen de la última evaluación diagnóstica aplicada por la desaparecida Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) al inicio del ciclo escolar 2024-2025, que abarcó más de mil escuelas y medio millón de alumnos en todo el país.
El informe muestra que los estudiantes de tercero de secundaria fueron los que registraron los peores resultados en los cuatro campos formativos evaluados. En educación primaria, tercero también fue el grado con mayores rezagos: sólo 13.3% mostró dominio en Lenguajes y menos del 19% en Saberes y pensamiento científico. En Ética, naturaleza y sociedades, apenas 17.29% alcanzó los aprendizajes esperados, mientras que en De lo humano y lo comunitario, sólo 15.35% lo consiguió.
Especialistas advierten que estos bajos niveles de aprendizaje generan desmotivación y contribuyen al abandono escolar, un problema que, según Educación con Rumbo, afectó a casi un millón de alumnos tan sólo en el ciclo 2024-2025. Juan Alfonso Mejía, exsecretario de Educación en Sinaloa, advirtió que el rezago educativo impactará directamente en las oportunidades laborales de los jóvenes, condenándolos a empleos de baja calificación y menor ingreso, lo que además afectará la competitividad económica del país.
Mejía ejemplificó que los alumnos con bajo rendimiento en matemáticas estarán excluidos de sectores tecnológicos como la inteligencia artificial, un área que requiere formación científica sólida. Esta brecha —añadió— hará que sólo los estudiantes de escuelas privadas tengan acceso a conocimientos que permitan participar en esos campos, lo que profundizará la desigualdad educativa y reducirá el crecimiento económico nacional.
Por su parte, el académico Erik Avilés señaló que los alumnos evaluados enfrentarán serias dificultades en el bachillerato, al intentar comprender cálculo sin dominar álgebra o analizar textos sin comprensión lectora. Esta carencia, dijo, provoca una cadena de fracasos académicos que lleva a la deserción y limita el acceso a la educación superior y a empleos bien remunerados. Sin pensamiento matemático y científico, añadió, los jóvenes quedarán atrapados en trabajos precarios y mal pagados, perpetuando la pobreza de sus familias.
Avilés alertó también sobre un efecto social: con nueve de cada diez alumnos con deficiencias en pensamiento científico y ético, México está formando una generación vulnerable a la desinformación, los discursos populistas y la manipulación ideológica. La falta de pensamiento crítico —dijo— debilita la capacidad de distinguir hechos de opiniones y de enfrentar la complejidad del mundo digital.
Finalmente, Paulina Amozurrutia, de Educación con Rumbo, atribuyó estos resultados al desinterés del gobierno federal por implementar programas de reforzamiento académico tras la pandemia de COVID-19. Recordó que los resultados ya habían sido anticipados por la prueba PISA 2022, y advirtió que el bajo nivel educativo actual condena a miles de jóvenes a depender de subsidios y a permanecer en la pobreza. “Los resultados de Mejoredu son el reflejo de una crisis educativa que el gobierno prefirió ignorar”, concluyó.
