El partido entre Barcelona y Villarreal fue cancelado tras el intento de la Liga de jugarlo en el extranjero, una propuesta que generó rechazo inmediato de clubes, jugadores y aficionados.
Xabi Alonso y Dani Carvajal criticaron la medida, considerándola una falta de respeto a la tradición del fútbol español.
Aunque la Liga argumentó que buscaba expandir la marca y competir con la Premier League, la presión mediática obligó a revertir la decisión y mantener el partido en Villarreal.
El caso evidenció el choque entre los intereses económicos y el valor histórico de la competición, una discusión que seguirá abierta en el fútbol europeo.






















