Irene González
Culiacán, Sinaloa.- El Congreso del Estado analiza actualmente la iniciativa presentada por el diputado con licencia Pedro Alonso Villegas Lobo, en la que propone que se castigue con cárcel de 1 a 4 años a quienes obliguen a niñas, niños o adolescentes a pedir dinero en las calles.
La propuesta a la cual ya se le primera lectura en la Diputación Permanente establece además multas de 250 a 5 mil días y que los padres o tutores de los menores sujetos a su patria potestad, custodia o tutela, que actúen en este hecho, se les privará, suspenderá o inhabilitará hasta por tres años en el ejercicio de aquellos derechos y, en su caso, del derecho a los bienes del ofendido.
Para ello el legislador con licencia de Morena propone esta iniciativa con proyecto de decreto la de adicionar el artículo 273 Bis al Código Penal del Estado de Sinaloa.
En la exposición de motivos se precisa que es lamentable la explotación infantil que se vive en el estado, donde en cada crucero de la ciudad se puede observar a menores pidiendo dinero -para su subsistir diario, ya sea limpiando parabrisas o simplemente piden para comer.
Además, establece que es alarmante esta situación ya que en ocasiones son acompañados por sus padres, familiares o tutores, quienes deberían de velar por el bienestar de estos pequeños y al contrario los utilizan para solventar los gastos familiares.
Otros casos muy comunes son las “Marías”, mujeres que se caracterizan por su vestimenta indígena, que actúan con infantes en brazos para aprovecharse de ello y causar vulnerabilidad al momento de la mendicidad, interfiriendo así en sus derechos a vivir en condiciones de bienestar, a un sano desarrollo integral y su derecho a la educación.
En la iniciativa se reconoce que pese al esfuerzo que realiza el sistema DIF estatal y municipal a través de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes para evitar que los niños sean explotados por familiares u otras personas, los niños pululan por las calles moviendo la sensibilidad de los culiacanenses que al verlos “aparentemente” desvalidos sacan la moneda, sin darse cuenta de que en lugar de ayudarlos los están perjudicando.