El gobierno de México celebró como un “importante primer paso” el reconocimiento del gobierno español sobre las injusticias cometidas contra los pueblos originarios durante la Conquista y la Colonia. Alfonso Suárez del Real, ministro de la Oficina de México ante el Consejo de Europa, consideró que el gesto representa un avance en la “autorreflexión en España”. La declaración del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, durante la inauguración de la exposición La mitad del mundo. La mujer en el México indígena, marcó el momento: “Hubo injusticia, justo es reconocerlo y lamentarlo”.
Suárez del Real destacó que nunca antes un funcionario español de alto nivel había reconocido explícitamente las violencias cometidas contra los pueblos originarios, calificando el hecho como un hito histórico. Agregó que este reconocimiento se suma al Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 otorgado al Museo Nacional de Antropología y al premio a Graciela Iturbide en el rubro de Artes, por retratar “el alma de las mujeres indígenas mexicanas”.
El representante mexicano señaló que la exposición es una oportunidad para que el público español comprenda la continuidad cultural de los pueblos indígenas, que existían antes, durante y después de la Conquista. Enfatizó que las mujeres fueron víctimas directas de la violencia bélica, pero también símbolo de resistencia y preservación cultural.
Asimismo, recordó que el reconocimiento de Albares se enmarca en un proceso iniciado años atrás, cuando el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador solicitó una disculpa formal al rey de España por los abusos del periodo colonial. Según Suárez del Real, este gesto puede “engrandecer al pueblo español”, como también lo señaló Claudia Sheinbaum, presidenta de México.
El diplomático mexicano apuntó que el debate abierto en España refleja la tensión entre las dos visiones históricas del país: una que exalta al conquistador Hernán Cortés desde la óptica de la derecha franquista, y otra que reconoce los valores democráticos y solidarios del México que apoyó a la República Española durante su exilio. Recordó además el agradecimiento español al general Lázaro Cárdenas por acoger a los republicanos en los años más oscuros de su historia.
Sin embargo, las declaraciones de Albares desataron una fuerte reacción política en España, especialmente desde la derecha. El líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, criticó el gesto y afirmó: “Yo no me avergüenzo de la historia de mi país. Me avergüenzo de la actualidad a la que nos condena este gobierno”.
Por su parte, funcionarios del gobierno de la Comunidad de Madrid exigieron la dimisión del canciller. El portavoz Miguel Ángel García Martín calificó a Albares como “el peor ministro de Exteriores” y lo acusó de “desprestigiar a España”. El ex canciller José Manuel García Margallo se sumó a las críticas y calificó sus palabras como un “disparate” y un “error estratégico”, advirtiendo que la política exterior no puede construirse sobre “agravios simbólicos ni resentimientos históricos”.






















