Redacción
Culiacán, Sinaloa.- El etiquetado frontal de los alimentos busca garantizar en nuestro país, de forma gráfica y muy clara, cuál es el contenido nutricional de los alimentos y bebidas no alcohólicas, esto con el fin de mejorar la toma de decisiones en relación con el consumo o no de los productos, lo cual llevará a estilos de vida más saludables y a prevenir la obesidad, puntualizó Dora Alicia Ochoa Acosta.
La especialista en estudios del síndrome metabólico de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) manifestó que el etiquetado frontal de advertencia son unas figuras geométricas, hexágonos en color negro con un perímetro blanco, que contienen las frases como: alto en grasas saturadas, alto en azúcar, alto en sodio o contiene grasas transgénicas, con el objeto de que los consumidores sepan las características nutricionales del producto que consumirán.
“No especifican cuánto, pero están basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre los consumos o sobre los contenidos máximos que debería contener un producto envasado, de tal manera que el consumidor pueda ver que ese producto que va a comprar es alto en cualquiera de esas moléculas o nutrientes que perjudican y están relacionados precisamente con el desarrollo de obesidad o de diabetes”, comentó.
La docente e investigadora universitaria expresó que desde hace varios años los diferentes productos han traído otro tipo de etiquetas, basadas en la Guía Diaria de Alimentación, las cuales a juicio de muchos no tienen sustento científico, pero además no permiten al consumidor conocer esa información de manera confiable y rápida, dado que los datos que presentan son complejos y difíciles de comprender.
“Los estudios revelaron que era poco comprensible para la población en general y no les permitía hacer una elección saludable. El etiquetado frontal de advertencia lo que hace es que le permite al consumidor el estar informado y hacer una elección bajo ese conocimiento, ya dependerá del consumidor si decide. Pero se ha demostrado en otros países que este etiquetado reduce el consumo de ese tipo de alimentos con alto valor calórico o de esos referentes”, apuntó.
Así mismo la especialista dejó en claro que una vez que en nuestro país la industria alimentaria saque los productos con estas nuevas etiquetas frontales de advertencia, debemos ponernos muy listos y prender los focos de alerta cuando en ellas se mencione que son altos en calorías, sodio, azúcar y grasas trans, ya que ese producto pone en riesgo la salud o es un factor de riesgo para el desarrollo de obesidad, diabetes o de sobrepeso.
“Como sociedad creo que estamos preparados y necesitados de ese tipo de políticas públicas por que el sobrepeso y la obesidad, la diabetes, no son cosa pequeña. Cuando una persona tiene mayor información está demostrado que toma una mejor elección de sus alimentos, cada vez hay mayor conciencia”, concluyó.