Christian Bernal
Mazatlán, Sin.- Un trabajo digno y que con el paso de los tiempos sigue subsistiendo es el de los boleros en Mazatlán un total de 22 boleros se encuentran distribuidos desde hace más de cuatro décadas en la Plazuela República del puerto, siendo ya un patrimonio histórico de la entidad.
El bolear, reparar y remendar calzado, es un trabajo que día con día llevan a cabo desde muy temprana hora y hasta que terminan con su último cliente, cuando el astro rey ya está oculto y cae la noche en el corazón de Mazatlán.
Don Vicente Díaz Quintero es un bolero que tiene poco dentro de esta profesión, ya que es jubilado y para buscarle un poco más a la vida escogió este oficio digno y que le sirve como una fuente de ingresos, con el paso del tiempo ha podido hacerse de una cartera de clientes, pese a eso siempre busca que su día transcurra con fortuna para volver a su hogar y poder convivir con su familia los beneficios de su jornada.
“Yo empecé con un amigo aquí que se llama César, me dio la oportunidad de enseñarme a bolear pasaron los meses hasta que me decidí a rentar una silla y empecé como todo sufriendo no tenía clientes, batallaba, ser bolero no es fácil, poco a poco agarre amistades hay que estar bien con el cliente porque uno vive de la clientela”.
La tinta blanca, negra y café, pegamento, cera, brochas entre otras cosas son las herramientas para llevar a cabo su trabajo en el cuidado del calzado y llegar hacer una inversión de hasta 350 pesos, mientras ellos manejan precios módicos que van desde 25 pesos por lustrar los zapatos de las personas.
“Veinticinco pesos la pintada 60 a 70 cuando se cambia de color, a veces la gente no contempla le digo cuanto traes no pues tanto dámelos o una boleada 25 que le falta un peso le digo dámelo así, yo trato de agarrar el cliente que no se me vaya porque ahorita dejar un cliente como que no va”,mencionó.
El Señor Vicente como le gustan que lo llamen confesó que aunque le gusta lo que hace su verdadero oficio es la cocina, el cual lleva por su venas pues servir un platillo desde muy pequeño ha sido su mayor satisfacción.
“Es bonito la cocina fíjate, yo empecé haciendo limpieza en la cocina, pues ahí me enseñe hacer comidas internacionales de todo tipo de cocina hace ya como unos treinta y tantos años ya me dio la fortuna en Hermosillo estaba como Pesidente de aquel tiempo Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari Presidente que me toco inclusive en los eventos especiales de ellos” destacó.