La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue víctima de acoso sexual callejero este martes mientras caminaba y saludaba a simpatizantes en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Un individuo, aparentemente bajo los efectos del alcohol o drogas, se le acercó, la manoseó e intentó besarla sin consentimiento, ante la sorpresa de los presentes y la falta de reacción inmediata de su equipo de seguridad.
Los hechos, captados en video y difundidos en redes sociales, muestran cómo el hombre pasó su brazo sobre los hombros de la mandataria, tocó su cadera y pecho, e intentó besarla en el cuello. Solo después de unos segundos, un miembro de la Ayudantía Presidencial intervino para apartarlo. El sujeto fue detenido por las autoridades de la capital poco después.
En su conferencia matutina del miércoles, Sheinbaum confirmó haber presentado una denuncia formal contra el agresor. “Decidí levantar denuncia, porque esto es algo que viví como mujer, pero que lo vivimos todas las mujeres en nuestro país. Si no presento denuncia, ¿en qué condición se quedan todas las mujeres mexicanas?”, expresó. Subrayó que el acoso callejero es un delito en la Ciudad de México, sancionado con hasta cuatro años de prisión.
La presidenta recalcó que el incidente no solo la afecta a ella, sino que representa un símbolo del acoso cotidiano que enfrentan las mujeres mexicanas. También anunció que trabajará junto con la secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, para revisar en qué estados del país estas agresiones aún no están tipificadas como delito y armonizar la legislación nacional.
Sheinbaum relató que decidió caminar al evento porque era la opción más rápida y que no se dio cuenta de lo ocurrido hasta que vio los videos. “No me di cuenta de inmediato. Hasta que vi las imágenes, entendí lo que realmente ocurrió”, explicó. La mandataria insistió en que su estilo cercano a la ciudadanía no cambiará: “No podemos estar lejos de la gente, eso sería negar de dónde venimos”.
Por su parte, Citlalli Hernández condenó los hechos y llamó a no normalizar el acoso. “La cercanía de la presidenta con el pueblo no puede interpretarse como una ocasión para invadir su espacio personal. Es fundamental que los hombres comprendan que estos actos son delitos”, afirmó en un comunicado.
Sheinbaum también cuestionó el uso mediático de las imágenes del incidente, al considerar que algunos medios incurrieron en revictimización. “Poner la fotografía rebasa todo. Es un asunto de calidad humana y de ética. Incluso podría considerarse dentro de la Ley Olimpia”, señaló, aunque aclaró que no emprenderá acciones legales contra ningún medio.
A pesar del episodio, la mandataria reiteró que seguirá prescindiendo de un Estado Mayor Presidencial, tal como lo hizo su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. En su lugar, continuará acompañada por la Dirección General de Ayudantía, un grupo civil que se encarga de su resguardo en eventos públicos.
El caso pone de relieve la persistente violencia de género en México, donde, según ONU Mujeres, el 70% de las mujeres mayores de 15 años ha sufrido algún tipo de agresión. Además, los asesinatos de mujeres y niñas —entre feminicidios y homicidios dolosos— promedian 10 casos diarios en el país, reflejando una crisis que, como subrayó Sheinbaum, “no puede seguir normalizándose”.






















