AMLO: El rey del asteroide
Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)
En el asteroide 325 habitaba un rey. Para ese rey todos los seres humanos eran súbditos; por eso, era muy fácil dividir al mundo: Él y los súbditos. Las órdenes del rey siempre eran obedecidas. Era un monarca absoluto, pero era un rey muy bueno. Todas las órdenes eran razonables. Las ordenes regulares incluían exigir al sol salir todos por la mañana y ponerse por las noches. Desde luego que el sol jamás mostró desobediencia.
La soberanía del rey abarcaba a todo su asteroide; sin embargo, su influencia de Poder se extendía al resto de las estrellas y los plantes. Las estrellas y los planetas ignoraban que existiera la jurisdicción del monarca sobre ellos. Pero, para el rey era una verdad indiscutible. Era, por lo tanto, un monarca universal. La exigencia de obediencia del rey era total; nadie debía desafiar sus órdenes porque las ordenes eran razonables. No existía motivos para la discordia.
El rey era muy inteligente. A todo aquel súbdito que amenazará sus órdenes lo nombraba ministro de su corte o, en el último de los casos, extendía la orden de mandarlo de embajador siempre y cuando el disidente quisiera abandonar su asteroide.
El capítulo X del libro de “El Principito* describe de una manera puntual gran parte del gobierno de López Obrador. Nuestro presidente, al igual que el rey del asteroide, divide al mundo en dos: súbditos y él. Su manto protector se extiende más allá de México. Según los propios dichos del presidente, países de todo el mundo se han alineado a la política de la 4t: ayuda económica en Centroamérica, Trump a la migración, La ONU obedeciendo a México para ayudar a los pobres con la vacuna, los países petroleros aplaudiendo a rabiar a Roció Nhale y un largo etc. AMLO ordena y los países obedecen; al igual que el rey a los planetas y a las estrellas.
Por otro lado, tenemos un presidente autoritario, pero únicamente emite ordenes buenas. No hay decisión presidencial que no esté llena de bondad; por lo tanto, es intrascendente si es autoritario o no. Las ordenes se obedecen porque son razonables. Nuestro monarca de asteroide es obedecido porque es razonable. De igual manera, sus órdenes no se alteran bajo ninguna circunstancia. Mientras el rey del asteroide ordena al solo salir y ponerse, López Obrador ordena a las farmacéuticas detener la producción de las vacunas y reducir la entrega de las mismas a los países para ayudar a los pobres: Pfizer obedece porque AMLO se lo pide. No hay duda de eso.
Por último, los antiguos adversarios son integrados a su gabinete, tal como lo hace el rey del asteroide con los súbditos insubordinados. Ocupar un puesto en la corte consigue un mundo obediente. Quien decide salir de la 4t lo hace porque esa fue la orden del presidente, no por decisión propia. Los subidos siempre obedecen. El rey no se equivoca
La 4t es un cuento escrito para niños, destruido por los adultos El principito buscaba lo bueno de las personas que visitaba. Cada personaje, por más extraño que le pareciera, necesitaba de algo de compensación; él se las daba. La 4t son personajes extraños que no aceptan la compasión de nadie. El reino de AMLO es tan pequeño como el asteroide 325