La Salud del presidente

Por: Juan B. Ordorica (@juanordorica)

Sin duda la noticia del contagio de AMLO de Sars- Cov2 puso al país en estado de alerta. Más allá de las variopintas teorías de conspiración en torno a la veracidad o no del contagio – En lo personal considero que es impensable que AMLO este fingiendo algo tan delicado- el debate sobre conocer la salud del presidente se puso en la mesa. ¿Deben los mexicanos conocer el estado de salud del presidente? ¿Se debe informar a la población a detalle las dolencias del Jefe de Estado?

Las respuestas a estas preguntas se tienen que analizar desde diferentes matices. Los dos principales están encontrados. El primero esgrime que, el presidente, antes que funcionario es persona privada; por lo tanto, la Constitución defiende sus datos personales. La segunda posición sostiene que, al ser el presidente, una figura pública; que, sus decisiones y estado de salud infieren de manera directa en la vida de todos los mexicanos, debería ser pública.

En la historia reciente de México hemos tenido pocos casos que hayan trascendido problemas de salud entre los mandatarios. Vicente Fox estuvo sometido a una operación de espalda, la cual hizo pública antes del procedimiento; incluso instruyó a Santiago Creel (Secretario de Gobernación) para ser él quien condujera los destinos de la nación durante la operación. Mucho se especuló sobre la salud de Enrique Peña Nieto y un supuesto Cáncer. En su momento se habló de varias operaciones; el mismo AMLO puso en tela de juicio la salud de Peña en algunos tuits, pero nunca se supo a ciencia cierta que pasaba con la salud del anterior mandatario

Las experiencias en el mundo y en la historia respecto a la salud de los presidentes han sido muy variadas. Franklin D. Roosevelt ocultó durante gran parte de su carrera política (incluida la presidencia de EEUU) que padecía poliomielitis. Consideraba que una información de esa naturaleza podría ser considerada un síntoma de debilidad. Unas décadas más tarde, el presidente francés Francois Miterrand decidió que la salud de los presidentes debería ser del conocimiento público; se presentaban informes de la salud presidencial cada seis meses, pero terminó por ocultar un cáncer. 

Recientemente presidentes de Estados Unidos y el Primer Ministro del Reino Unido, Trump y Johnson respectivamente se contagiaron del virus durante el año pasado. Ambos optaron por presentar informes generales dos veces al día sobre los estados de su salud; llegaron a publicar hasta los tratamientos que recibían, pero sin especificar a detalle sus datos médicos. 

En el pasado, López Obrador ha confesado de sufrir hipertensión. Es de todos conocido que sufrió un par de eventos cardiacos en el pasado. Él mismo se comprometió a en el 2019 a aportar más datos sobre su salud y sobre los medicamentos que toma, pero nunca lo hizo. Las preguntas iniciales se mantienen ¿Se debe o no informar sobre la salud del presidente? En lo personal creo que el presidente debería tener derecho a su privacidad; sin embargo, un informe general del estado de su enfermedad una vez al día puede ayudar a mantener la certidumbre en muchas variables del país,

Esperamos que el presidente salga avante de la enfermedad y que vuelva pronto a la vida pública. Sin duda la experiencia podría hacerle ver la pandemia desde otra perspectiva y, tal vez, modificar la estrategia de salud que no ha sido muy exitosa hasta el día de hoy.

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