Con un duro y sorpresivo tropiezo, Argentina comenzó su participación en el Mundial. La Albiceleste, una de las escuadras favoritas a pelear por el campeonato, cayó 1-2 ante Arabia Saudita.

Desde los once pasos, Messi arrancó su andar hacia el anhelado objetivo, el Mundial. El astro cobró con frialdad la pena máxima que le dio a la Albiceleste la ventaja ante los árabes.

Tras la falta de Ali Albulayhi sobre Leandro Paredes, Argentina se fue al frente en el marcador, pero la derrota estuvo en las gradas.

Los 780 km de distancia entre Qatar y Arabia Saudita le dieron una clara ventaja en las butacas, casi como si fueran locales. Cada cántico, cada vitoreo y aplauso fueron para los halcones verdes y es que a pesar del furor que ha generado Messi en este Mundial, el poderío árabe hizo retumbar al Estadio Lusail.

Esta misma afición, en su mayoría conformada por hombres, y apenas algunas cuantas mujeres que pasaron desapercibidas entre la multitud, enmudeció a los 21 minutos de juego cuando Lionel Messi envió el balón al finde de la red por segunda ocasión.

Sin embargo, el VAR anuló el tanto por posición de fuera de lugar, esto ocurrió en dos ocasiones más, la segunda a Lautaro Martínez al minuto 28 y la tercera nuevamente a Lionel Messi minutos después.

Fue en esta última cuando el guardameta Mohammed Alowais se puso de rodillas en señal de agradecimiento. Aún a pesar de estas tres jugadas, Arabia desplegó un notable aparato defensivo que resistió el ataque de Argentina, si bien, no renunció a ofender, era claro que la prioridad, en todo momento, fue no ser un rival a modo.

Aunque para el arranque de los segundos 45 minutos fueron dos equipos muy distintos los que saltaron al terreno de juego. Argentina pecó de exceso de confianza, la otra cara del cuadro albiceleste, la que por más de 30 partidos incitó no había mistado.

Mientras que Arabia, con nada que perder y todo por ganar se animó a adelantar líneas, a los dos minutos del segundo tiempo empató el partido con un gol de Salem Alshemri en el primer remate del equipo del Golfo Pérsico al arco argentino.

Cinco minutos después y aprovechando el desconcierto de los argentinos, Arabia Saudita se fue al frente en el marcador con un golazo de Salem Aldawsari con un disparo cruzado que se incrustó en el ángulo de la portería.

Ante todo pronóstico, Argentina se vio abajo en el marcador, el asfixiante ataque se convirtió en angustiosa incertidumbre, solo un par de tiros libres mantuvieron viva la esperanza de la igualada.

Pero una salida temeraria de Alowais y una salvada heróica de la zaga sobre la línea de gol le dieron el triunfo a los halcones verdes, fue entonces que Arabia dejó de ser el rival a modo del Grupo C.

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