El cine mexicano ha alcanzado un nuevo hito con “Soy Frankelda”, el primer largometraje nacional realizado en animación stop-motion. Esta técnica artesanal, que requiere precisión milimétrica y trabajo cuadro por cuadro, representa un enorme reto de producción. Aunque aún no llega a salas, la cinta ya hizo historia al abrir un camino que nunca antes se había explorado en México.
La película, dirigida por los hermanos Roy y Arturo Ambriz bajo el sello del estudio independiente Cinema Fantasma, debutará en cines el 23 de octubre de 2025, respaldada por la distribución de Cinépolis. Además, contará con una exposición en la Cineteca Nacional de México, donde se exhibirán escenarios, marionetas originales y arte conceptual, ofreciendo al público un acercamiento al minucioso trabajo detrás de la obra.
La historia de “Soy Frankelda” se inspira en la serie animada Los sustos ocultos de Frankelda y reimagina a Mary Shelley en el México del siglo XIX. La trama sigue a una joven escritora que debe enfrentarse a los monstruos nacidos de su propia imaginación para restablecer el equilibrio entre la ficción y la realidad. El elenco de voces incluye a Mireya Mendoza, Arturo Mercado Jr., Luis Leonardo Suárez y la incorporación de Habana Zoé.

Uno de los aspectos más notables de la producción es que fue realizada completamente con talento mexicano. El equipo construyó más de 50 escenarios, cerca de 100 personajes y marionetas de hasta seis metros de altura, todo desde Cinema Fantasma. La inspiración visual de la cinta se nutrió de sagas como Harry Potter, El Señor de los Anillos y las ilustraciones de Gustave Doré para La Divina Comedia, lo que le otorga un estilo majestuoso y oscuro a la vez.
La cinta ya ha generado entusiasmo en festivales internacionales, donde recibió elogios de la crítica. Incluso Guillermo del Toro, figura central de la animación mundial, destacó que esta película “abre una puerta al futuro del stop motion en México”, reafirmando la relevancia del proyecto.
“Soy Frankelda” promete marcar un antes y un después en la industria cinematográfica mexicana. Con su mezcla de fantasía y terror, su apuesta por la artesanía visual y la pasión de sus creadores, la obra busca no solo conquistar al público nacional, sino también consolidar un lugar para la animación mexicana en el escenario internacional.






















