La semana pasada, Erick ‘El Terrible’ Morales dio a conocer el fallecimiento de la muerte de su hijo José Fernando Morales Anaya, de 23 años. Recientemente, el expúgil mexicano detalló que le sucedió al joven.
Prácticamente él estaba en su casa, habló con su mamá, alrededor de las 3-4 de la tarde bajó de su habitación y le dijo a su mamá, ‘voy a ir al Oxxo’, voy a ir por un café, quieres algo, le dijo ‘ah tráeme un papel de baño y trae algunas cosas más’. Fue, regresó a su casa y se le olvidó el papel de baño. Se regresó compró el papel y otras cosillas, regresó a la casa y les dijo ‘voy a estar arriba en mi habitación’. Dijo ‘¿mamá, me corto el cabello ahorita o mañana? No, me lo corto mañana’ y se subió. A las 8-9 de la noche, mi hijo Ángel, estaban a punto de cenar, fue a la habitación por José Fernando para que bajara a cenar y lo encontró en un estado durito, rígido, quiere decir que ya tenía rato que le había sucedido algún problema y el hecho fue muy simple, muy fácil, estaba en su cama, estaba en su casa, en la posición cómo quedó, estaba boca abajo, se apretó y seguramente tuvo un infarto fulminante, no le pasó nada, nada más que se quedó tieso, se apretó y eso fue lo que le pasó”, mencionó en el podcast Un Round Más, que realiza junto a Marco Antonio Barrera.
El tijuanense agradeció todas las muestras de cariño y entendimiento que recibió.
Asimismo, recordó que su hijo tenía los deseos de seguir sus pasos en el boxeo, pero finalmente decidieron que no se subiera al ring.
“Estoy tranquilo porque, creo, que mi hijo era un buen chamaco, me he puesto a pensar en estos días cosas negativas de él, y no encontré ni una. Era un buen chamaco, alegre, contento, en una parte quería ser boxeador. Se tomó un ratito de la escuela porque entrenó, lo tuve un tiempo en Aguascalientes trabajando con unos cubanos, luego lo traje a la CDMX, lo mandé a Azerbaiyán, estuvo dos meses aprendiendo boxeo, regresó a Tijuana. Decidimos que no iba a pelear y traíamos ese tema que si, que no”, señaló.