Por primera vez, la Unión Europea (UE) exigirá a los viajeros que ingresen o salgan de su territorio entregar datos biométricos como el rostro y las huellas dactilares. El nuevo Sistema de Entradas y Salidas (EES, por sus siglas en inglés) comenzó a operar este domingo y se implementará progresivamente en los puertos, aeropuertos y pasos fronterizos terrestres durante los próximos seis meses. Con este cambio, el bloque busca reforzar la seguridad fronteriza y eliminar gradualmente el sellado de pasaportes.
El EES registrará de forma automatizada las fechas de entrada y salida de los viajeros, así como sus documentos de viaje y datos personales. Durante la primera verificación, los funcionarios tomarán una fotografía del visitante y escanearán sus huellas dactilares, que luego se usarán para confirmar su identidad. Este sistema aplicará únicamente a personas que no sean ciudadanas de la UE ni de los países del Espacio Schengen, como Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, y que ingresen para estancias cortas de hasta 90 días. Los menores de 12 años estarán exentos de entregar huellas.
De acuerdo con las autoridades europeas, el sistema permitirá hacer más eficientes los controles fronterizos e identificar a quienes permanezcan más tiempo del permitido o usen documentos falsos. También registrará las entradas denegadas y ayudará a mejorar el seguimiento de los flujos migratorios. Sin embargo, la implantación del EES será gradual y variará según la preparación técnica de cada país y puesto fronterizo.
La abogada Jo Antoons, experta en migración, explicó que el despliegue del sistema “no será simultáneo en toda Europa”, sino que algunos aeropuertos y fronteras priorizarán su adopción. Entre los primeros en utilizar el EES se encuentran los aeropuertos de Düsseldorf, en Alemania, y Findel, en Luxemburgo, mientras que Schiphol, en Ámsterdam, comenzará en noviembre. Se espera que el sistema esté plenamente operativo en todos los puntos de entrada y salida del bloque el 10 de abril.
Durante esta fase de transición, los pasaportes continuarán sellándose hasta que el EES funcione en su totalidad. La Unión Europea aclaró que la entrega de datos biométricos será obligatoria y que quienes se nieguen podrán ver denegado su ingreso. Los datos se almacenarán durante un periodo de tres años, aunque este plazo podría variar según el tipo de viaje o incidente registrado.
El uso de datos biométricos no es exclusivo de Europa. Países como Estados Unidos, el Reino Unido y Corea del Sur ya emplean tecnologías similares en sus fronteras. Además, la UE prevé lanzar el próximo año el Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes, un permiso que costará 20 euros y será obligatorio para visitantes exentos de visado procedentes de países como Estados Unidos, Australia o el Reino Unido, marcando un nuevo paso hacia un control migratorio más digitalizado y uniforme en el continente.
